Hoy te voy a hablar de la rizartrosis, también conocida como artrosis de pulgar o artrosis trapecio metacarpiana, es una condición que se desarrolla por el desgaste de la articulación de la base del dedo pulgar. Junto con la artrosis de rodilla y cadera, es el tercer tipo de artrosis articular más frecuente y se estima que aproximadamente un 40% de pacientes por encima de 60 años la padece y afecta más a mujeres que a hombres.
Se trata de uno de los tipos de artrosis más incapacitantes, ya que afecta el movimiento del dedo pulgar y produce dolores intensos. De hecho, debido al desgaste que sufre el cartílago de la zona, con el tiempo disminuye la fuerza de agarre y altera la función de pinza.
La rizartrosis se relaciona con determinados factores de riesgo y especialmente con la edad, tabaquismo, antecedentes familiares, sobrepeso u obesidad así como el sedentarismo. De aquí la vital importancia de estar en forma y activos especialmente en la última etapa de la vida. Hay una serie de consejos para los pacientes con artrosis en el pulgar para su día a día:
- Usar aparatos eléctricos como exprimidores para no forzar tanto la articulación
- Usar utensilios para comer más ligeros
- No abusar de la pinza al sujetar objetos
- No cargar objetos pesados con la mano, cargar con la ayuda de un carrillo
- Utilizar baños calientes para disminuir dolor y rigidez
- Realizar ejercicios con el pulgar todos los días
Hoy os presento a Isabel, una paciente de 80 años diagnosticada de rizartrosis bilateral, pero más sintomática en la mano izquierda. Le habían propuesto una cirugía protésica a la que ella se negaba y la única solución que le daban era parafina, antiinflamatorios y analgésicos.
Acudió a mí consulta a través de su hija para valorar algún tratamiento regenerativo para aliviar el dolor y mejorar la movilidad del dedo. Tras cinco semanas de la realización de tratamiento local con monocitos de manera ambulatoria, Isabel refiere no tener dolores y la movilidad de su dedo y mano ha mejorado mucho. Puede hacer cosas que antes le limitaban mucho, como sus sopas de letras que le encantan para entretenerse. No ha tenido ningún efecto adverso y apenas tuvo que tomar algún paracetamol postratamiento.
Está contenta con su decisión y feliz de haberse realizado este tratamiento regenerativo y haber evitado una cirugía. Es más independiente para su vida diaria y su hija no tiene que ayudarla tanto. Si estás en la misma situación que Isabel o tienes algún familiar o conocido que lo está, no dudes en recomendarles que pida consulta en mi consulta y poder valorar su caso de manera concreta e individual para poder dar olvidarse de una vez de esos dolores de dedos y manos.