Artrosis tobillo

Descripción

La artrosis de tobillo es el desgaste progresivo de las superficies articulares que conforman el tobillo, la cara articular de la tibia, la del astrágalo y la del peroné.
La artrosis de tobillo no es tan habitual como la de cadera o la de rodilla, pero hace que la persona que la padece vea como su vida y capacidad de movimiento queden muy limitadas.
El tobillo actúa como un gran amortiguador de la extremidad inferior y reparte las fuerzas en cada pierna, la mitad hacia delante y la mitad hacia atrás. Esa función la ejecuta a través de un hueso que hay detrás del tobillo, el astrágalo, que es precisamente el que se va desgastando con el paso del tiempo.
Fundamentalmente a partir de los 50 años se empiezan a manifestar los síntomas de la artrosis de tobillo principalmente dolor, inflamación e incapacidad para caminar, que en ocasiones pueden llegar a ser muy limitantes e invalidantes.

El tratamiento inicial para la artrosis de tobillo es siempre un tratamiento conservador y consiste en prevenir su aparición mediante el control del peso corporal, la alimentación, ejercicios muscular moderado y evitar sobrecargas al caminar o en el puesto laboral.

Cuando el tratamiento inicial fracasa y empieza la aparición de la artrosis el paciente refiere dolor e inflamación con derrame o líquido en el tobillo. Se produce una limitación de movilidad y comienzan dolores al subir y bajar escaleras y al caminar e incluso en reposo en la cama de manera nocturna.

Si se observa una artrosis articular de tobillo en un paciente sin mejoría tras tratamiento convencional se aconseja el tratamiento con terapias regenerativas biológicas celulares con infiltraciones articulares. Estas pueden ser de ácido hialurónico, de plasma rico en factores de crecimiento o PRPs y/o concentrado de células mesenquimales o células madre dependiendo de cada caso en particular. Todas estas técnicas contribuyen a estimular su reparación, disminuir la inflamación y mejorar el dolor.

¿En qué consiste el tratamiento?

Mediante un ecógrafo se localiza la zona del tobillo a tratar y mediante una jeringa con una aguja intramuscular se aplica el producto a introducir.

El tiempo medio aproximado de esta intervención suelen ser 5 minutos si se realiza con ácido hialurónico, 30 minutos si se realiza PRPs y se puede realizar en la consulta. En cambio con células mesenquimales se realiza en quirófano pero como cirugía ambulatoria sin ingreso y el procedimiento dura 60 minutos.

Para el tratamiento completo con ácido hialurónico de alto peso molecular y alta pureza suele ser de 1 a 2 infiltraciones al año, con el plasma rico en plaquetas se aconsejan 3 infiltraciones espaciadas 1-2 semanas entre ellas. Sin embargo, el tratamiento con concentrado de células mesenquimales o células madre con una sola infiltración sería suficiente.

¿Cómo es la recuperación tras el tratamiento?

Tras la infiltración ecoguiada de ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas o concentrado de células mesenquimales no se requiere de inmovilización completa del tobillo. Se recomienda solamente reposo relativo pero se puede usar para el trabajo para actividades suaves y de aseo personal o trabajo de oficina. En los pacientes en los que tratamos con concentrado de células mesenquimales se aconseja uso de muleta y una rodillera elástica durante 2-3 semanas por el derrame articular que produce.

Se aconseja reposo deportivo de 24-48 y tratamiento analgésico con paracetamol y hielo local únicamente.

¿Qué complicaciones tiene?

Las complicaciones con esta técnicas son mínimas y muy poco habituales. Al realizarse con la propia sangre o grasa del paciente no existe posibilidad de rechazo.

Para más información ver apartado de medicina regenerativa

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