Tus articulaciones trabajan todo el día para permitirte moverte, caminar, cargar objetos y mucho más. Pero sin saberlo, algunos hábitos cotidianos pueden estar perjudicándolas y favoreciendo el dolor, la inflamación o incluso lesiones. Estos son cinco de los más comunes que conviene evitar o corregir.
1. Sedentarismo
Estar mucho tiempo sentado o inactivo debilita los músculos que protegen las articulaciones. Esto genera una carga extra sobre ellas, lo que puede acelerar su desgaste. Intenta moverte cada hora, aunque sea con estiramientos o caminatas cortas.
2. Exceso de peso
El sobrepeso aumenta significativamente la presión sobre rodillas, caderas y columna. Bajar incluso unos pocos kilos puede reducir esa carga y mejorar el estado de tus articulaciones.
3. Ejercicio inadecuado
Hacer ejercicio sin calentar, con mala técnica o exceso de peso puede provocar microlesiones. Lo ideal es hacer actividad física de bajo impacto, como nadar o caminar, y consultar con un profesional si haces entrenamiento más intenso.
4. Mala alimentación
Una dieta pobre en nutrientes esenciales debilita los huesos y el cartílago. Aumenta el consumo de frutas, verduras, pescado, legumbres y frutos secos, y reduce los ultraprocesados y azúcares para favorecer la salud articular.
5. Descanso insuficiente y consumo de alcohol o tabaco
Dormir mal impide la reparación del cuerpo, y tanto el alcohol como el tabaco interfieren en la circulación y el proceso de recuperación de tejidos. Dormir entre 7 y 8 horas por noche y evitar estos hábitos tóxicos ayuda a conservar articulaciones sanas.
Conclusión:
Prestar atención a estos cinco hábitos puede marcar la diferencia en la salud de tus articulaciones hoy y en el futuro. Empieza con pequeños cambios y tu cuerpo lo agradecerá.