La fascitis plantar es una causa común de dolor en el talón, provocada por la inflamación de la fascia plantar, un tejido que va desde el talón hasta los dedos del pie recorriendo toda nuestra planta del pie. Cuando otros tratamientos no funcionan, la cirugía percutánea es una opción mínimamente invasiva que puede aliviar el dolor de manera efectiva y rápida.
¿Qué es la cirugía percutánea?
La cirugía percutánea para la fascitis plantar se realiza a través una única incisión de menos de 5 mm, lo que minimiza el daño a los tejidos cercanos. Con la ayuda de un aparato de rayos intraoperatorio, el cirujano usa pequeños instrumentos para cortar la fascia plantar, liberando la tensión y aliviando el dolor. Y en caso de haber un espolón calcáneo (crecimiento óseo) lo reseca con la ayuda de una fresa mecánica especial.
Beneficios de la cirugía percutánea
- Mínima invasión: La incisión es mínima, lo que reduce el riesgo de cicatrices visibles y acelera la recuperación.
- Menos dolor postoperatorio: Al no abrir grandes áreas, el dolor y la inflamación después de la cirugía suelen ser menores.
- Recuperación más rápida: En comparación con una cirugía abierta tradicional, el tiempo de recuperación es más corto. La mayoría de los pacientes puede volver a caminar en pocos días, alrededor de 5-7 días, siguiendo las indicaciones del médico.
- Alta precisión: Gracias a la guía ecográfica, el procedimiento es preciso, lo que mejora los resultados y reduce complicaciones.
Riesgos y consideraciones
Como toda cirugía, existen algunos riesgos, aunque son poco frecuentes. Estos incluyen:
- Infección: Aunque el riesgo es muy bajo debido al minúsculo tamaño de las incisiones y realización en quirófano, siempre es una remota posibilidad.
- Lesión nerviosa: En raros casos, podría ocurrir una lesión en los nervios cercanos, provocando entumecimiento o dolor.
- Recuperación incompleta: En un pequeño porcentaje de pacientes, el dolor puede persistir si la fascia no se libera lo suficiente.
¿Cómo es el postoperatorio?
Después de la cirugía, es común sentir algo de incomodidad, pero la mayoría de los pacientes puede apoyar el pie gradualmente a partir del primer día con ayuda de muletas. El médico te indicará el uso de un zapato especial y ejercicios para estirar la fascia. En unas semanas, deberías notar una mejora significativa en el dolor.
¿Es adecuada para todos?
Esta cirugía es recomendable para pacientes que han probado tratamientos no quirúrgicos (como fisioterapia, ortesis, ondas de choque, inyecciones de plasma rico en plaquetas o corticoide) sin éxito. Sin embargo, cada caso es único, y habrá que evaluar personalmente si este tratamiento es la mejor opción para ti.
Si sufres de dolor de talón que no mejora con ninguna terapia o conoces a alguien en esta situación, pide cita conmigo para evaluar el caso de manera personal.