La tendinopatía de Aquiles es una lesión frecuente en personas activas, caracterizada por dolor, inflamación y, en ocasiones, limitación funcional. Si no se trata correctamente, puede convertirse en un problema crónico. Hoy, hablaremos de los tratamientos disponibles y el inspirador caso de una paciente que logró recuperar su vida.
Tratamiento Conservador: Clásico y Avanzado
El tratamiento conservador inicial incluye:
• Reposo relativo: evitar actividades que agraven el dolor.
• Antiinflamatorios: para reducir la inflamación y aliviar los síntomas.
• Fisioterapia: ejercicios específicos para fortalecer y flexibilizar el tendón.
• Calzado adecuado: uso de cuñas o plantillas con amortiguación posterior para reducir la carga sobre el tendón.
En casos donde estos métodos no sean suficientes, el plasma rico en plaquetas (PRP) es una opción avanzada y eficaz. Este tratamiento consiste en extraer la sangre del paciente, procesarla para concentrar las plaquetas y aplicarla directamente en el tendón afectado. El PRP estimula la reparación del tejido y mejora significativamente los síntomas en casos leves o moderados.
Tratamiento quirúrgico: reparación y regeneración
Cuando los tratamientos conservadores no son suficientes, la cirugía puede ser necesaria. La técnica quirúrgica consiste en limpiar el tejido dañado, reparar el tendón y, en algunos casos, reforzar el proceso de regeneración mediante el uso de PRP durante y después de la cirugía.
Testimonio de recuperación
Una de nuestras pacientes, Lorena, una mujer joven activa, llegó a consulta tras un año de dolor persistente y cojera, a pesar de múltiples tratamientos conservadores, fisioterapias, ondas de choque e infiltraciones con corticoides. Finalmente, optamos por realizar una cirugía de reparación tendinosa por rotura de tendón tras tantos tratamientos fallidos y de dudosa aplicación. En la propia cirugía le aplicamos tratamiento biológico con plasma rico en plaquetas (prp) intratendinoso intraoperatoriamente y posteriormente en consultas de manera ambulatoria.
El resultado fue sorprendente: en solo dos meses, Lorena estaba completamente recuperada. Tras casi dos años de dolor, había vuelto a trabajar, caminar sin molestias y disfrutar de todas sus actividades deportivas previas. De hecho, puedes comprobar en el video lo feliz y contenta que esta de haber recuperado de nuevo las riendas de su vida.