Durante décadas, el tratamiento de la artrosis ha estado centrado en una idea muy concreta: cuando la articulación se desgasta, se reemplaza. La cirugía protésica se convirtió así en la solución final para millones de pacientes.
Sin embargo, en los últimos años, la medicina regenerativa y las técnicas mínimamente invasivas han cambiado ese paradigma. Hoy sabemos que no todas las artrosis acaban en una prótesis, y que en muchos casos todavía hay margen para preservar la articulación y recuperar función y calidad de vida.
Un cambio de mentalidad: de reemplazar a preservar
La prótesis de rodilla o de cadera sigue siendo una opción válida y útil cuando la articulación ha perdido por completo su estructura funcional. Pero antes de llegar a ese punto, existe una amplia fase en la que aún se puede actuar.
La clave está en entender que la artrosis no aparece de un día para otro, sino que es el resultado de un proceso progresivo de inflamación, desmineralización y deterioro del cartílago.
Detectar a tiempo ese proceso y aplicar estrategias regenerativas adecuadas permite frenar su avance y, en muchos casos, evitar o retrasar la cirugía durante años.
Cuándo hay margen para preservar
El límite entre “preservar” y “reemplazar” no depende solo del grado radiológico de la artrosis, sino también del estado general del paciente, su nivel de actividad, su peso, su edad biológica y la calidad del hueso y del cartílago residual.
En pacientes con artrosis leve o moderada —incluso con dolor significativo— puede mantenerse una articulación funcional si se trata el entorno biológico de forma adecuada. En esos casos, la combinación de tratamientos regenerativos, control metabólico, suplementación y reeducación del movimiento consigue una mejoría notable sin recurrir a cirugía protésica.
Qué tratamientos permiten conservar la articulación
El objetivo de la medicina regenerativa es reparar y estimular los mecanismos naturales de regeneración del cuerpo. En este contexto, los principales tratamientos que utilizamos para preservar las articulaciones son:
- Plasma rico en plaquetas (PRP): aporta factores de crecimiento que activan la reparación del cartílago y reducen la inflamación intraarticular.
- Infiltraciones intraóseas: estimulan la médula ósea subcondral, mejorando la nutrición y el metabolismo del cartílago desde su raíz.
- Concentrado de monocitos: tratamiento biológico avanzado que modula la respuesta inflamatoria crónica y potencia la regeneración tisular.
- Concentrado de células mesenquimales: obtenidas de tejido adiposo o de aspirado medular, son células con alto potencial regenerativo capaces de favorecer la reparación del cartílago y la regeneración de los tejidos articulares dañados.
- Cirugía mínimamente invasiva: en casos seleccionados, permite corregir pequeñas alteraciones mecánicas sin necesidad de implantar una prótesis.
Estos tratamientos no son excluyentes entre sí. En muchas ocasiones, gracias a un enfoque verdaderamente personalizado, se combinan varias técnicas en un mismo procedimiento. Por ejemplo, una artroscopia puede asociarse al aporte de terapia celular tanto intraarticular como intraósea, junto con la aplicación de plasma rico en plaquetas y el uso de biomateriales regenerativos.
Entre estos biomateriales destacan las mallas de colágeno y las mallas de ácido hialurónico, que actúan como soporte y estimulan la regeneración del cartílago. También se emplean infiltraciones de ácido hialurónico de distintas densidades para mejorar la viscosidad articular y proteger las superficies articulares durante la fase de regeneración.
Este tipo de estrategias combinadas permiten actuar sobre todos los niveles de la articulación —cartílago, hueso subcondral y membrana sinovial—, optimizando los resultados clínicos y reduciendo el tiempo de recuperación.
La importancia del enfoque personalizado
No existe un único tratamiento para todos los pacientes. La verdadera medicina regenerativa es personalizada: se adapta al tipo de lesión, al grado de artrosis, al estado biológico del paciente y a sus expectativas funcionales.
En la práctica clínica, la mayoría de los pacientes que acuden con indicación de prótesis todavía conservan una parte de cartílago útil y un hueso viable. Con un abordaje regenerativo adecuado, muchos de ellos pueden mantener su articulación en buenas condiciones durante años, evitando una cirugía mayor y reduciendo significativamente el dolor.
Una nueva forma de entender la artrosis
El concepto “Antiprótesis” no significa oponerse a la cirugía cuando es necesaria, sino aplazarla el mayor tiempo posible mientras el cuerpo pueda responder a estrategias de regeneración.
La medicina regenerativa representa una transición entre la ortopedia clásica y una traumatología más biológica, donde el objetivo no es reemplazar lo que se pierde, sino preservar lo que aún funciona.
Este cambio de mentalidad está permitiendo que muchos pacientes vuelvan a tener esperanza: personas a las que se les había dicho que “no había más solución” descubren que sí existen opciones para seguir caminando sin dolor y sin una prótesis.
Conclusión y llamada a la acción
Antes de pensar en una prótesis, merece la pena valorar todas las posibilidades de preservación articular. El avance de la medicina regenerativa ha abierto un espacio intermedio entre el tratamiento conservador y la cirugía, un espacio en el que todavía se puede recuperar calidad de vida.
El Dr. Félix López realiza estudios individualizados y aplica terapias regenerativas avanzadas, combinando plasma, terapias celulares, infiltraciones intraóseas, biomateriales y cirugía mínimamente invasiva para preservar las articulaciones, reducir el dolor y mejorar la movilidad sin necesidad de reemplazos prematuros.
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