La artrosis del primer dedo o rizartrosis se produce por una desgaste del cartílago de la base del primer dedo. Suele producir dolor, rigidez, deformidad en la zona y dificultad para coger objetos. La edad de inicio suele ser por encima de 50 años y es más frecuente en mujeres.
La causa de la rizartrosis se cree que es la consecuencia de una suma de factores genéticos y ambientales. Aunque el componente hereditario o genético es muy predominante y el paciente suele recordar que “algún familiar cercano tenía las manos así”.
El componente ambiental también tiene un papel principal en el desarrollo de artrosis de la mano. Es habitual que personas que han realizado trabajos manuales repetitivos presenten este tipo de artrosis. El hecho de haber sufrido una fractura o inflamación persistente en alguna articulación favorece el desarrollo de artrosis de esta articulación a edades más temprana.
El diagnóstico de la artrosis se realiza teniendo en cuenta los síntomas que explica el paciente, así como la exploración realizada por un médico especialista y pruebas complementarias, como pueden ser radiografías.
El tratamiento clásico se basa en fisioterapia y rehabilitación, fármacos antiinflamatorios e infiltraciones de corticoides y cirugía en los casos más severos y limitantes. En la actualidad la medicina regenerativa con concentrado de monocitos es una alternativa para pacientes que no quieren o no pueden tomar antiinflamatorios y corticoides, debido a sus efectos colaterales, así como aquello que no quieren someterse o quieren retrasar la cirugía de prótesis.
El tratamiento con concentrado de monocitos es la alternativa regenerativa para ayudar al control del dolor, mejorar la función de los dedos, ayudar a preservar el cartílago y ralentizar la evolución de la enfermedad. Se realiza con la propia sangre del paciente por lo que no hay posibilidad de rechazo y de manera ambulatoria con anestesia local.
Hoy os presento a Amalia, una paciente de 62 años con rizartrosis de ambas manos. Acudió muy limitada del dolor de sus manos para cualquier gesto con las manos, como era coger un cubierto para comer o coger un trapo. Refería que acabar su jornada laboral era muy difícil, debido al dolor tenía que tomar analgésicos de manera habitual. Es una paciente a la que ya había realizado con éxito un tratamiento con células madre para una rodilla, por lo que quería también seguir un tratamiento regenerativo para sus manos que tanto le molestaban en el día a día.
Tras nueve meses de la realización de tratamiento local con monocitos de manera ambulatoria, refiere haber mejorado mucho de sus dolores y de la movilidad de las manos. Puede hacer cosas que antes le limitaban mucho. No ha tenido ningún efecto adverso ni tuvo que tomar ningún analgésico postratamiento.
Según sus palabras: “Puede realizar su trabajo de oficina y en casa sin problemas. El dolor ha pasado a ser de grado 3-4 respectó del que tenía que era de 7-8”. Incluso el invierno de Filomena no sufrió de ninguna crisis y ha podido hacer una vida normal desde entonces.
Está contenta con su decisión y feliz de haberse realizado este tratamiento regenerativo y saber que está contribuyendo a tener una salud articular plena y a ralentizar el avance de su enfermedad. Si estás en la misma situación que Amalia o tienes algún familiar o conocido que lo está, no dudes en recomendarles que pida consulta en mi consulta.