Factores de crecimiento: cómo mejorar tu artroscopia

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¿Te han dicho que te tienen que realizar una artroscopia por una lesión meniscal de rodilla o una lesión de tendones en tu hombro y tienes miedo de como pueda afectar esto en un futuro? ¿Sabías que la resección del menisco se asocia a una mayor probabilidad de artrosis de rodilla? Por eso es muy importante intentar la reparación de estos tejidos siempre que sea posible y cuando no lo sea, es imprescindible resecar lo estrictamente necesario.

Ante esta agresión quirúrgica, el uso de terapias regenerativas con tu propia grasa usando las células madre de origen adiposo o a través de tu propia sangre usando los factores de crecimiento plaquetarios (prps) o células mononucleares (monocitos), ayudan a minimizar los daños producidos por la cirugía y contribuyen a favorecer la regeneración y cicatrización biológica del tejido dañado.

Desde hace ya un tiempo venimos implementando tratamientos de medicina regenerativa en todas nuestras cirugías para conseguir un resultado lo más parecido a antes de la lesión.  Aunque suene a cosas del futuro, son tratamientos que estamos realizando hoy en día con excelentes resultados a corto y medio plazo y con prometedores resultados a largo plazo.

Este tratamiento regenerativo de ortobiología molecular se realiza en el mismo quirófano mientras se está realizando la cirugía. Se aprovecha la anestesia y la vía intravenosa para realizar la extracción de la sangre y/o la grasa, por lo que para el paciente es indolora y no se tiene que someterse a ningún tratamiento previo ni tratamiento complementario.

Para la realización de una artroscopia articular utilizamos unas minicámaras de última generación que se introducen por orificios de menos de un centímetro. Estas potentes cámaras nos proporcionan unas imágenes muy precisas y aumentadas que nos permiten trabajar con la más exquisita precisión. Al trabajar en el sitio exacto de la lesión somos capaces de reparar las más mínimas lesiones y de poder aplicar estos tratamientos en el lugar preciso, aumentando el éxito de la reparación de lesiones meniscales, tendinosas y cartilaginosas. Al ser una terapia biológica obtenida de la propia sangre o grasa del paciente, el riesgo de rechazo o efectos secundarios es nulo y cualquier paciente puede beneficiarse de esta técnica. 

En controles postquirúrgicos en consultas no solo vemos pacientes más contentos, con mayor movilidad y menor dolor en el postoperatorio, si no que evidenciamos mediante resonancia magnética una regeneración parcial o total de los tejidos a los 6-12 meses.

Todas estas terapias biológicas regenerativas contribuyen a una disminución de las complicaciones quirúrgicas y postoperatorias, a un mejor control del dolor postquirúrgico, a una cicatrización más biológica y natural de los tejidos y a prevenir la probabilidad de padecer artrosis futura en pacientes sometidos a una cirugía artroscópica, haciendo que el paciente se recupere en un menor tiempo y en mejores condiciones tanto presentes como futuras.

Por lo tanto, podemos afirmar que el futuro ya está aquí.  Estos tratamientos los estamos realizando a día de hoy en nuestros quirófanos. No esperes más e infórmate.  Aún estas a tiempo de cambiar el resultado de tu cirugía artroscópica.

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